top of page

Peter Bellerby es un constructor de globos terráqueos, que he conocido a través de un artículo en El País Semanal, El constructor de mundos, y que me ha sugerido reflexionar sobre un oficio de trasfondo ético muy actual: ¿quién no ha pensado en momentos de intimidad bajarse del mundo, en clave marxiana, para crear y construir uno nuevo, más acorde con el respeto a los derechos humanos esenciales?. También, para dibujarlo y pintarlo de forma diferente, como Bellerby y diseñarlo de forma más acorde con la realidad soñada de cada uno, porque pertenezco al Club de los que pensamos que otro mundo es posible en Andalucía, trabajando día a día para pintar otra realidad en el micro mundo donde vivimos y somos.

 

CONSTRUIR MUNDOS POSIBLES

Recuerdo siempre aquella imagen de Chaplin, en El gran dictador, con un mundo en sus manos. También, sus palabras finales dirigidas a Hannah en el personaje del entrañable barbero judío/Hynkel: “Hannah, ¿puedes oírme? Donde quiera que estés, mira a lo alto, Hannah! ¡Las nubes se alejan, el sol está apareciendo, vamos saliendo de la tinieblas hacia la luz, caminamos hacia un mundo nuevo, un mundo de bondad, en el que los hombres se elevarán por encima del odio, de la ambición, de la brutalidad! ¡Mira a lo alto, Hannah, al alma del hombre le han sido dadas alas y al fin está empezando a volar, está volando hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza, hacia el futuro, un glorioso futuro, que te pertenece a ti, a mí, a todos! ¡Mira a lo alto, Hannah, mira a lo alto!”.

Es probable que se extienda la profesión de Bellerby, porque entre otras razones lo necesitamos. Eso sí, mirando a lo más alto de Andalucía, pintando alas para los andaluces de bien que necesitamos volar a otros mundos posibles, rompiendo silencios cómplices.

 

Autor: José Antonio Cobeña Fernández

 

 

 

 

 

bottom of page